lunes, 7 de noviembre de 2022

Berryl - 4. La cafetería

Los días de lluvia Berryl cambia el parque por una cafetería desde la que poder seguir vigilando el templo.

Pide un café con leche al entrar y dos veces al mes se permite un dulce. Sin chocolate. A media mañana llama al camarero para que le lleve un zumo de naranja. Una vez por semana se consiente el antojo de un pincho de tortilla.

No es fiel a ninguna cafetería de la zona. Las escoge al azar. Como mucho en función de la afluencia de clientela. Cuanta más, mejor. Más conversaciones que escuchar. Y el riesgo de que más gente se dirija a ella. Con un comentario amable o vulgar. O con una pregunta que responderá haciendo el menor uso de saliva.

Antes de las 13:30h pone rumbo a su casa. Por las calles más concurridas pero evitando Gran Vía. Deteniéndose en alguna zapatería. Con su bolsa de tela repleta de periódicos.