¿Madurez? Pero soy muy joven para ello, ¿no?
Hace un par de meses me corte el pelo por voluntad propia, cuando toda mi vida he peleado porque creciera sin tijeras de por medio. Todos se sorprendieron de mi determinación, incluso yo misma, antes de dudar, fui la primera sorprendida. Pero hace mucho que aprendí que hay ciertas decisiones que una vez tomadas, merece la pena no volver a vacilar, y no, ya no hablo de contarme el pelo.
Cuando dejas que los días pasen, cuando ya ni siquiera miras al espejo porque eres más que consciente de que no te podrías reconocer, cuando en las noches te acercas al infierno con el corazón de hielo y te levantas como un autómata,... entonces..., entonces hay que tomar una decisión.

Las primeras reacciones a mi nuevo look fueron verdaderamente certeras. Me dijeron que me hacia mayor (no sé hasta qué punto...), que algo me estaba pasando, que quizás no fuera algo bueno. Oye, pues para gustos los colores, pero desde luego que estoy creciendo, que empiezo a ser consciente de lo que quiero, de mis objetivos inmediatos, y de mis promesas a largo futuro. ¿Que se llama madurez? ¡Si tú lo dices...! Yo creo que ese es un camino que aún me viene grande, pero que quizá ahora conozca cómo llegar a él.
Cuando la ilusión se fija en la mirada, cuando el espejo no te hace falta para saber que estás viva, cuando en las noches disfrutas del infinito en sueños,... entonces..., entonces ha llegado el momento de renacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario