domingo, 10 de septiembre de 2017

Allí

Sobraban las formalidades, bastaba con despojar los pies de zapato alguno y dejar que todo fluyera. No importaban las horas previas, era tan fácil como sentir la arena en los pies. Allí, el cuerpo bailaba sin movimientos preconcebidos. Era la libertad bombeando por mis venas; era la vida desnudando mis entrañas. Tan sólo el infinito azul delante, sin detenerse a pensar en el mañana. Mejillas sonrojadas para versos enajenados.

Sé que pasará el tiempo, y me embriagara la nostalgia. Lo sé, mis dedos detendrán la danza de una complicidad enmarañada, mi piel añorará la primavera. Lo sé, ya nada será igual.

Quizá sea suficiente otro invierno... quizá sea suficiente otra playa... quizá sea suficiente que mis pies abrazan otra cascada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario