
-¿Te acuerdas de aquel verano en que nos perdimos en el bosque? Te dije que tenía miedo a que nos atacaran los lobos. Mentí. Lo que no quería era quedarme a solas contigo. Estaba tan nerviosa por contarte lo que sentía... Reconozco que al final fue una tarde muy divertida, pero siempre lamentaré no haberte sido sincera. Llevo quince años arañándome la piel con tu mirada, con tu recuerdo. Sí, sé que ahora ya no sirve de nada pero... Ayúdame por lo menos a seguir adelante.
Olga depositó el ramo de flores sobre la tumba y permaneció en silencio contemplando la fotografía que su esposa había colocado junto a la lápida.
27-02-2018