miércoles, 28 de febrero de 2018

Demasiado tiempo atrás

Su pelo flotaba con el viento. Olga caminaba despacio con la cara empapada en lágrimas. Se situó frente a él.

-¿Te acuerdas de aquel verano en que nos perdimos en el bosque? Te dije que tenía miedo a que nos atacaran los lobos. Mentí. Lo que no quería era quedarme a solas contigo. Estaba tan nerviosa por contarte lo que sentía... Reconozco que al final fue una tarde muy divertida, pero siempre lamentaré no haberte sido sincera. Llevo quince años arañándome la piel con tu mirada, con tu recuerdo. Sí, sé que ahora ya no sirve de nada pero... Ayúdame por lo menos a seguir adelante.

Olga depositó el ramo de flores sobre la tumba y permaneció en silencio contemplando la fotografía que su esposa había colocado junto a la lápida.

27-02-2018

martes, 20 de febrero de 2018

Navega por eso que llaman mundo


Escucha al viento de la noche,
sonatas para ríos de lava.

Acaricia la cuerda floja
en primaveras aletargadas.

No te encariñes del tiempo.

Pinturas acrílicas sobre la realidad.

Baila con el fuego de la imperfección.

Descubre el arte de la ausencia.

Diferente: forma común de la identidad.

Crea un caos equilibrado.

Los sueños abrillantan el alma.

Tropieza con el cielo imaginado.

Palabras: susurros inconscientes.
Silencio: voz de quien siente.

Magia en la mirada de un desconocido.

Escribe disparos de sal.

Ser un asalvajado.

Componer una vida con retazos de verdad.

Texto surgido a partir de
Aerolitos de Carlos Edmundo de Ory.

sábado, 10 de febrero de 2018

Oda al silencio

Hábito de la nostalgia,
pasajero de la noche.
Dirán que estás vacío,
hueco.
Es un engaño.
Eres caricia,
sonrisa de otoño,
hasta en el infierno
habrá quien te ame.
Ten paciencia.
Mientras
róbale un te quiero
al águila del caos,
serás amigo de la lluvia
y susurro del viento.
Te respiro,
no me olvides.

16-01-2018

domingo, 4 de febrero de 2018

Mentira

Mentía y era consciente de ello. Podría culpar al café, sí, no sería una mala excusa. Recuerdo una vez, en un pueblo de Soria o Zamora, no lo tengo claro, tampoco viene al caso, que me tomé un café con leche en un bar y las pasé canutas en el viaje de vuelta por los dolores de estómago que me provocó. Oye, pues si me había pasado una vez, ¿por qué no podía repetirse?

Por supuesto no tenía en cuenta que de aquello habían pasado unos tres años y que, pese a haber seguido tomando café, pocas veces, por no decir ninguna, me había sentado mal el de casa.

Empecé a darme cuenta de que mi cuerpo reaccionaba así porque mi mente quería sacar algo que yo trataba de negarme.

02-12-2017