Mentía y era consciente de ello. Podría culpar al café, sí, no sería una mala excusa. Recuerdo una vez, en un pueblo de Soria o Zamora, no lo tengo claro, tampoco viene al caso, que me tomé un café con leche en un bar y las pasé canutas en el viaje de vuelta por los dolores de estómago que me provocó. Oye, pues si me había pasado una vez, ¿por qué no podía repetirse?

Empecé a darme cuenta de que mi cuerpo reaccionaba así porque mi mente quería sacar algo que yo trataba de negarme.
02-12-2017
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