miércoles, 27 de octubre de 2021

Está bien no estar bien

A veces todo es oscuridad
y solo quieres dormir,
no encuentras ninguna razón
para levantarte y vivir.

A veces eres forzado a sonreír,
a escuchar que tienes que estar bien,
a esconder que te estás esforzando
y sientes que todo sigue mal.

Deja que te diga
lo que me enseñaron en el voluntariado:
está bien no estar bien,
está bien tener miedo,
está bien pedir ayuda.

Las máscaras se llevan en Halloween
pero prefiero ver quién eres en realidad.

Todos lloramos
como seres humanos que somos.
Todos tenemos derecho
a equivocarnos
y a aprender
de todos esos errores.
Todos necesitamos tomarnos un descanso
y cuidar de nosotros mismos.

Tu salud mental
es más importante
que lo que otros piensan.

miércoles, 13 de octubre de 2021

Placer

Según la RAE es el "goce o disfrute físico o espiritual producido por la realización o la percepción de algo que gusta o se considera bueno".

Según mi último fin de semana significa seis horas y media de viaje con abundante tráfico pero cargadas de imaginación, carreteras retorcidas de Portugal en las que dejar caer por el precipicio las desilusiones, el sol en la cara con los ojos cerrados de una buena sobremesa en familia, la música de Sin con tacto a todo volumen en los auriculares durante el camino de regreso.

miércoles, 6 de octubre de 2021

Volver sin regresar

El lunes volví a casa. Volví a Inglaterra desde un rincón de mi habitación en España. Volví a ellos. Supongo que de alguna manera volví a mí también. Volví y fue diferente, porque ya había regresado a lo largo de estos trece meses, y al apagar el ordenador seguía quedando la frustración de haber tomado decisiones sin pensarlas con detenimiento.

Volví a aquellos primeros días en que me costaba seguir toda la conversación en inglés. Volví a aquellos días en que descubría que sí me estaba enterando de lo que se hablaba. Volví a aquellos primeros días de pandemia en que experimentamos el cansancio físico de Zoom. Volví a aquellos días en que desaparecían todas las demás circunstancias y disfrutaba dos horas de su compañía. Volví y al apagar el ordenador "solo" quedaba la felicidad de estar haciendo voluntariado con ellos.

Ayer por la mañana hablé con otra voluntaria y daba la casualidad de que las dos el viernes estuvimos cada una en nuestra ciudad paseando sin descanso enfrascadas en los finales. También llegamos a la misma conclusión: aunque no nos demos cuenta, hemos hecho que todo cambiara, y hemos sido nosotras las que hemos hecho por cambiarlo, para lo malo y sobre todo para lo bueno. Y eso es para sentirse orgulloso por mucho que cueste cerrar la etapa.

Por la tarde me dieron la oportunidad de estar otro ratito online en una de las sesiones de mi querida asociación. Ellos estaban allí, en la oficina en que tantas horas pasé. Y se escuchaba de fondo el jaleo de la sesión. Volví a hablar ahora sin miedo a mi imperfecto inglés y me sentí muy feliz. Volví a aquel día de enero en que, como quien no quiere la cosa y sin pensar con detenimiento, decidí aplicar a un voluntariado del que apenas tenía información. Volví y al apagar el ordenador la pantalla quedó encendida.