La película Cinco lobitos dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, gran triunfadora en el último festival de Málaga y todavía en las carteleras desde su estreno en mayo, cuenta la historia de Amaia, una joven que acaba de ser madre y se muda un tiempo con sus padres al sentirse desbordada por la situación, no sólo por lo que supone cuidar a una criatura indefensa, sino por todas las limitaciones laborales, sociales y familiares que impiden la conciliación en pleno siglo XXI (por que sí, ciertamente se ha empezado a hablar del tema sin que sea un tabú, pero pocas veces se ha llevado a la gran pantalla y mucho menos se han dado pasos en la vida cotidiana). Hasta aquí el punto de arranque. Porque el argumento principal va por otro camino. O así lo entendí yo.
Un poco larga aunque tampoco sabría decir qué le sobra porque sabe cuidar a los personajes secundarios. El elenco es sobresaliente cumpliendo, aquí sí, cumpliendo las expectativas: el trío protagonista que forman Laia Costa, Susi Sánchez y Ramón Barea consigue hacerte olvidar que estás en un cine y lo que sucede bien lo podrías estar cotilleando junto a la puerta de tu habitación. Destaca también la fotografía, cuidada y preciosista como buena película rodada en el Pais Vasco.
En definitiva: está bien. Cumple los estándares de calidad, en ciertos términos los supera, pero al final es otra película sobre la familia "perfecta" que acaba desestructurada y las dificultades a las que nos enfrentamos las mujeres. No va mucho más allá. Quizá tampoco sea eso necesario.