lunes, 20 de marzo de 2017

A una valiente mujercita

Pensaba que el recuerdo te convirtió en leyenda ante mis ojos. Ambas éramos pequeñas, tú aún un poco más, pero la risa en tus labios siempre fue un bálsamo con el que soñar en mis tinieblas.

Invierno y verano. Primavera y otoño alimentando la nostalgia por una dulce carita pícara.

Por fin el encuentro, el cambio y la valentía. Enseguida te hicieron tropezar pero con sabiduría de niña y fuerza de mujer el infinito has conquistado. Pocas veces se ha despertado en mí la admiración por alguien que es más pequeña que yo. Porque tus ojos son la estrella fugaz en el cielo encapotado. Y no importa cuántas estocadas te depare el tiempo que siempre, por supuesto, serás mujer con magia en la mirada.

Para Lola

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