Podría no haber sucedido, de hecho, era lo más probable: un trabajo más, un grupo más, y sin embargo ha sido la única ocasión en que a lo largo del curso hemos sido un equipo, para la bueno, y sobre todo para lo malo.
La RAE define grupo como la "pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto, material o mentalmente considerado". Sí, se puede decir que dos mujeres, dos marionetas, una voz sin mayor participación y un compañero forman un grupo, que las grabaciones salen adelante con el trabajo tardío y que las batallas por ver quien es más borde sin que se note han sido de lo más formativas, porque el programa final ha salido muy bien y encima nos hemos divertido, por supuesto, pero todas las horas baldías moviendo los hilos de un títere que luego hacía lo que le daba la gana, terminan por pasar factura.
Y qué malas son las comparaciones, pero cuando te encuentras con un equipo de verdad, en el que te sientes a gusto aún con discusiones de por medio, en el que quieres trabajar pese a los agobios (porque otra cosa no, pero el estrés era el principio de cada reunión...), pues poco importa que el trabajo final no haya salido bien; hemos aprendido a trabajar en equipo y a encontrar la confianza en quienes empezaron por ser desconocidos.
Nos decantamos por un camino pedregoso lleno de curvas y absurdeces. Las decisiones eran consensuadas y la comunicación bastante fluida pese a los tropiezos. Concentración y absoluta compenetración en las cuatro largas horas previas. Lástima que el apoyo técnico fuera menos que un grupo.

Y si he que quedarme con algún recuerdo elijo ese día tormentoso en que tras dos horas de intenso y al borde del colapso, comenzó a nevar. Aún no éramos conscientes de ello, pero algo estaba pasando en el vestíbulo del 17; la tensión se había esfumado y por unas cosas o por otras habíamos empezado a escuchar las canciones de las series que formaron parte de nuestra preadolescencia, y entre tontería y tontería terminamos viendo el primer capítulo de H2O. Estaríamos perdiendo el tiempo en cuanto a producción del trabajo se refiere, pero sólo en ese instante comenzábamos a comunicarnos como un equipo.
Años atrás mi mente mantenía la quimera de que una clase era también un equipo, y ahora, que sé cual es el significado, salgo de mi error con la vana esperanza de que la nieve vuelva ocasionalmente a la ciudad.
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