Se la iba a zampar. Aquel terrible humano estaba a punto de cogerla. Trató de extender sus alas una vez más. Era inútil. Seguían mojadas y él lo sabía: su rugido era aún más fuerte. Ya apenas le quedaban alternativas. Se acercaban al río y empezaba a faltarle el aliento.Tomó la decisión. Por primera vez, sus poderes matarían.
24-04-2018
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