Regresa a Algo está pasando.
Enciende la linterna del móvil y se adentra un poco más en el trastero, temerosa de que de pronto se cierre la puerta y se revele el verdadero motivo de que esté abierta. Pero no. Ni la puerta se cierra ni la linterna le sirve para revelar absolutamente nada. Es una estancia oscura y húmeda. Ya está. Sin mayor misterio. ¿Y entonces?.
Rocío se siente realmente incómoda. Revisa la estancia con extrema atención. Se le ocurre que a lo mejor hay algún huequecillo por el que se generen corrientes de aire y a lo mejor… No tiene mucho sentido pero…
¿Y un ratoncillo? Le daría profundo pavor pero al menos sería una explicación medianamente lógica. ¿Debía correr al supermercado a por varios botes de raticida?.
Pasa lo que le queda de tarde y parte de la noche revisando el trastero y con el constante pensamiento de no estar viendo algo que tiene delante de sus ojos. ¿Un alienígena invisible?.
Se acuesta a las tres de la mañana y se despierta sobresaltada varias veces. La puerta sigue cerrada. Va a trabajar con profundas ojeras y dudando hasta de su sombra. Por primera vez en su vida y consciente de que no puede servir de precedente, hace varias horas extra sin que le suponga ningún problema. Es más, decide cenar en un bar cutre que, ante todo, la obliga a llegar a casa cerca de las once de la noche.
Lo revisa nuevamente sin llegar a ninguna nueva conclusión. Llama incluso a un amigo asegurándole que tiene cucarachas y vacían todo el trastero en busca del mínimo resquicio que así lo evidencie. Otra tarde se la pasa recorriendo cada tablilla de la habitación confiando en que haya alguna suelta que pueda estar forzando algún cambio de presión en el suelo y la posterior apertura de la puerta. Tampoco se produce.
Se rinde e incluso le resta importancia. Y a la mañana siguiente sucede de nuevo. Esta vez con ella misma durmiendo a unos metros. Repite el proceso como se repite su nula explicación. Pasa a sucederla de forma relativamente regular, sin un patrón concreto temporal pero sí con cierta frecuencia. Nunca llega a averiguar por qué sucede, pero esa duda la carcome, la revuelve y la lleva a mudarse a otro barrio.