Podría ser un día más. En realidad lo es si omitimos que hoy me entregan el diploma de inglés y tengo que empezar a despedirme de mis compañeros. Más bien parecería un día un poco dramático. Ay, espera, que por lo visto también es mi cumpleaños. Bueno, eso está bien, supongo. Quiero decir, no es que me disguste cumplir años, es un indicativo más de la experiencia y el aprendizaje. Y no, tampoco es que me resulte especialmente duro el pasar “mi día” lejos de mi familia. Considero que hay distancias físicas que no suponen ninguna barrera emocional. Por supuesto que no siempre es así, a veces es justo todo lo contrario. De cualquier manera, voy a estar bien acompañada… so nothing to worry about.
Ahora bien, lo que por más que lo intente no puedo evitar es reflexionar sobre lo acontecido entre cumpleaños y cumpleaños. No ha sido un año fácil, pero soy joven, en realidad no puedo tener tanto de lo que quejarme. La verdad es que ahora que lo pienso, sí me parece una fecha importante; inicio un año nuevo, es mi 1 de enero. Nunca me ha llamado la atención eso de celebrar el 31 de Diciembre, es una de las muchas fechas comerciales. Tampoco creo en eso de “año nuevo, vida nueva”. Las etapas son cerradas cuando cada uno lo considere oportuno. No sé en qué momento estoy yo ahora, pero puedo asegurar que me levanto con una sonrisa con bastante frecuencia.
Me considero un ser extraño, raro, y eso a veces hasta me gusta, aunque no siempre me sepa defender. Al fin y al cabo soy hija del agua. Algunos dicen que soy especial. No sé hasta qué punto puedo creerles. Si me quieren, ¿qué me van a decir si no? En realidad creo que yo soy yo, con mis errores y mis aciertos. Soy yo, orgullosa de ser yo.
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