lunes, 25 de noviembre de 2019

Los nombres perdidos

Le gustaba inventar títulos. Proyectaba mil aventuras en apenas un par de palabras. Pero ahí quedaba todo. Dejaba que aquellas historias se perdieran en el mismo instante de nacer. No podía evitarlo. Eso era lo que le habían enseñado que era la vida.

Le gustaba jugar a ser un gran escritor, dibujar con su voz lo que su nula capacidad pictórica podía mostrar. Era terrible combinando los colores pese a que de ello hacía su trabajo. Lo otro era un hobby, nada serio aunque le diera la vida.

Le gustaba mimar aquellos vocablos, planificarlos estrategicamente y cuidar el mínimo detalle para que pudieran acumular polvo en un cajón. Ojo, uno en el que estuvieran cómodos. No vale cualquier rincón para conservar un buen título.

Le gustaba sorprender al mundo aunque este no le prestara atención. En cuanto a las historias... solo vivía la suya propia.

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