miércoles, 31 de marzo de 2021

Entre tú y yo

Me pregunto si en algún momento de verdad creímos en nuestra promesa. Si no nos habíamos mirado a los ojos en un año de convivencia, ¿cómo íbamos a hacerlo en la distancia?

Me pregunto si en algún momento aquello que vivimos fue real, si no era tan solo el relato que queríamos contar al volver a casa.

Me pregunto si algún día llegaremos a arrepentirnos de verdad. Si nos hubiéramos dicho todo lo que ni siquiera quisimos pensar, ¿seguiríamos hablando a día de hoy?

Me pregunto si algún día perderemos la culpa, si al soñar con aquel estanque en que quisimos bañarnos, aún dejaremos que no surjan las palabras.

Me pregunto si el dolor abandonará al recuerdo antes de que nos olvidemos nosotros.

domingo, 28 de marzo de 2021

La fotografía

Tiene gracia que me quedara yo con esa fotografía si ni siquiera debía estar en ella.

Tiene gracia que en lugar de guardarla, decidiera pegarla en el armario y verla todos y cada uno de los días.

Tiene gracia que os mire y os imagine luchando por vuestros sueños.

Tiene gracia que después de todo pueda seguir albergándoos cariño cuando creo que solo debiera sentir odio.

Tiene gracia que apenas tenga recuerdos de aquellos años pero siga sonriendo cada vez nos veo posando felices entre los árboles.

Y debiera reírme, pero no puedo. Y es triste pero ya da igual.

martes, 23 de marzo de 2021

Demasiado

Es una sombra sin principio,
una forma perfecta
que siembra la indiferencia,
la estrella fugaz
impactando en el vómito.

Es un muro etéreo,
un escudo obsesionado
con la rugosidad del mar,
la mentira detallada
escapando de la sensatez.

Es un reloj dormido,
una cadena sin óxido
que desprende excusas,
el corte de pelo
dominando el pensamiento.

Es un disfraz invisible,
una mirada compartida
con exceso de confianza,
el sueño a medianoche
flotando en la inocencia.

Es una conversación sin oyente,
una lágrima lenta
que surca la frustración,
el viento en la mañana
arrullando la fragilidad.

Es un fantasma sin cuerpo,
una voz decepcionada
con el miedo a perder,
la tierra olvidada
luchando por renacer.

Es todo eso
y no es nada.

miércoles, 17 de marzo de 2021

Pregúntame

¿Cómo lo hicimos? ¿Cómo lo hacemos aún hoy? No tengo ningún recuerdo concreto y la memoria de un cariño que siempre ha estado ahí.

¿Cuándo comenzamos a mirarnos a los ojos? ¿Cuándo nos dijimos te quiero por primera vez? Releo nuestras cartas y transito cada paso como si nunca lo hubiera hecho, como si pudiera sentirlo todo de nuevo.

¿Dónde te encontré? Sí, eso sí lo sé y es por lo que seguimos hoy aquí.

¿Cuánto hemos compartido? ¿Cuánto queremos seguir compartiendo? Pienso en cada viaje y en las veces que nuestros dedos no se rozaron.

¿Qué nos hemos contado las noches que no queríamos hablar? ¿Qué callamos las madrugadas que no paramos de hablar? Recuerdo cada gesto inocente y cada silencio que no quisimos ahuyentar.

¿Por qué? ¿Por qué hay que cuestionarlo? ¿Por qué no vivirlo y ya?

lunes, 15 de marzo de 2021

Todos los espacios de nuestra memoria

Título cutre y falto de naturalidad, pero es el que tiene que ser, es el poso de aquellos días.

Nuestra estancia en Studland llegaba a su fin aún con la incertidumbre de cuál sería nuestro alojamiento a largo plazo. Allí no podíamos seguir y nos mudamos a un hostal en Bournemouth. Nuestra ropa viajó en pequeñas bolsas de basura. De un lado para otro, como paquetes sin rumbo ni origen. Dan igual todas las metáforas que emplee, esa sensación… podría haber sido algo malo pero no lo fue.

Compartí habitación con Lenka y Flavia. Daba largos paseos por la playa y básicamente seguíamos esperando. Pero era otra espera. Recibimos las maletas y fue medianamente complicado moverse por la habitación con tantas cosas. Nos llegaban noticias de una posible casa a la que mudarnos definitivamente: grande, acogedora, con jardín,… y el día previo a por fin establecernos, volvimos a caer al vacío. El propietario de la casa debía tener unos permisos que tardarían en llegar (y que adelantándome a los acontecimientos, jamás lo harían).

Nuestra coordinadora nos consiguió unos nuevos hogares en cuestión de una hora. Ya nunca más volveríamos a compartir piso todos juntos. Y todo esto suena muy dramático tal cual lo he escrito y supongo que habrá quien piense en los beneficios que tiene la no convivencia, pero también se pierden muchas otras experiencias. Me da igual si no lo entiendes porque yo misma ya siento que no puede transcribirlo. A veces dudo de querer continuar con este juego de la memoria y a la vez no hago más que confirmar mi necesidad de completarlo ya de una vez.

Nos despedimos de Flavia. La acompañé al autobús. Hay algo en las estaciones que tampoco se puede transmitir pero probablemente ya sabes a lo que me refiero.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Por dentro

Es un temblor constante. Puede parecer latente. No lo está.

Sutil. A veces como el mar en calma. Un cosquilleo que te impide dejar de sonreír. Una fuerza que te levanta de la cama y permite que tu cuerpo flote a cada paso. Una mirada cómplice que repensar todo el día.

Violento. A veces como el mar en medio de una tormenta. Arañazos que te obligan a mirar al frente y el alma partida en mil pedazos. Una fuerza que sacude tu cuerpo con cada suspiro. Una mirada emponzoñada que es la espina de la que no te puedes deshacer.

Es un escalofrío diario. Puede ser ilógico. Es vida.

sábado, 6 de marzo de 2021

Cafeína en vena

La culpa era del café. Tomarlo a partir de las doce de la mañana la volvía hiperactiva.

Blanca se movía por la casa dando brincos, orbitando alrededor de ella como si de un juego de niñas se tratase. Recorría su habitación admirando cada fotografía como si fuera la primera vez que las viera. Rebuscaba la mota de polvo que aun ni siquiera se había posado sobre la estantería. Se subía a la cama y arrugaba las sábanas sabiendo que la enfadaría un poco pero que se perdonarían con un largo beso. Acababan tumbadas en el suelo, con la cabeza apoyada en el pecho de la otra. Blanca acariciaba su piel pálida con suavidad como si temiera que se agrietara con un suspiro.

Preparaban la cena juntas mientras reían a carcajadas. Sus miradas no se cruzaban pero su complicidad llenaba cada silencio no planeado. Blanca se servía un gran vaso de agua pero bebía del alcohol que embriagaba su respiración. Sus labios se rozaban en la distancia con cada mordisco de la cena. Tomaban el postre sin dejar de hablar. Luego Blanca se levantaba y danzaba por el salón sin que pareciera estar electrocutándose como sucedía habitualmente cuando la obligaban a bailar.

La culpa era del café y no tenía nada que ver que solo lo tomara cuando estaba con ella.