No sabía porqué pero aquella canción siempre me hacía llorar, y aún después de varios años escuchándola, me producía la misma sensación sin que pudiera explicarlo.
Con el primer acorde dejaba lo que tuviera entre manos y la vista se me nublaba. Antes de que fuera consciente de ello tenía los ojos cerrados y la mente en blanco. En alguna ocasión lograba tararear la letra y siempre, siempre, en los últimos segundos de la parte instrumental, una única lágrima recorría mi mejilla izquierda.
Después precisaba de un par de minutos para recuperarme, y aún así, no retornaba al estado inicial: mi corazón se ablandaba y tenía dificultades para que surgiera una sonrisa; tan sólo quería dormir.
Por eso cuando comenzó a sonar en el ordenador de mi hermana y tardé un buen rato en reconocerla, supe que estaba en medio de una transformación sin vuelta atrás y que, en el fondo, me resultaba de lo más repugnante. Aquello sólo podía significar que me pudría por dentro, que me estaba matando poco a poco. Sin embargo, ya había dado el paso.
Relato creado a partir de la canción
Ya te lo decía yo (Ester Rodriguez)
BSO Los Miércoles no existen (Peris Romano, 2015)
Ya te lo decía yo (Ester Rodriguez)
BSO Los Miércoles no existen (Peris Romano, 2015)
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