viernes, 29 de junio de 2018

Adiós


Se paró el reloj. Armando sonrió. Aquella noche le estaba resultando todavía más insoportable su tic-tac. Cincuenta y siete años conviviendo y no había podido acostumbrarse. Cerró los ojos y descansó por primera vez desde que le encerraron en aquella habitación. Armando descansó para siempre.

05-06-2018

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