Lo tenían todo para triunfar.
Habían estudiado en las mejores universidades del panorama nacional y enseguida
emprenderían el viaje hacia las ciudades europeas en que se encontraban los
masters de mayor prestigio. No es que hubieran sido los primeros de su
promoción, pero estaban bastante por encima de la media y, sobre todo, habían
dejado huella en sus estudios. Pero... Por el camino perdieron el entusiasmo y
la vitalidad. Por el camino les apalearon por "su bien". Por el camino les
clavaron una sonrisa en un rostro demacrado. Eso, siendo sólo jóvenes, la amargura como fiel compañera. Sí, aprendieron
de la vida, pero por el camino se perdieron a sí mismos.
Un mes antes de partir al
extranjero regresaron a su instituto. Las clases les habían tenido tan
absorbidos que no habían regresado desde el día de la graduación, y eso que se
prometieron que pasara lo que pasara una visita anual sería obligada. En
aquella etapa disfrutaron aprendiendo incluso las materias que menos les
atraían. En aquella etapa eran uno solo y eran un grupo numeroso. En aquella
etapa eran ellos, sabedores de sus errores y aciertos, eran ellos conscientes
de la dicha y las agonías, eran ellos sufriendo y sabiendo que no todo era
felicidad. Pero eran ellos.
Lo tenían todo para triunfar,
pero solo había un final posible: la tragedia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario