domingo, 19 de abril de 2020

El oráculo del pueblo de al lado

Se oían conversaciones. Llegaban voces a su ventana que no reconocía como las de sus convecinos. Pero eso no era lo curioso. No. Se trataba de la certeza de los diálogos sobre lo que sucedería en el futuro: que si "noséquién" se presentaría a las elecciones, y toma, un mes después resulta que le tenían de alcalde, que si "nosécual" iba a montar un bar, y ala, resultaba que a los días se interesaba por una propiedad perfecta para ello,...

Por supuesto que el cotilleo era la afición favorita de la comarca, pero que se enteraran los del pueblo de al lado antes que ellos mismos, ya tenía delito. El echo de que todas las predicciones se cumplieran al completo la tenía realmente preocupada, que a ver si la iban a emparejar con alguien y claro, iba a suceder sin remedio, con lo feliz que era ella viviendo solita en su casa.

Así que allí estaba, apalancada en el balcón con un cubo de agua listo para que se cayera "accidentalmente" sobre la cabeza de ciertos dictadores del futuro. Eso no evitaría que siguieran sus cuchicheos pero a lo mejor si nadie se enteraba de la profecía, ésta no se cumplía. Mientras, aprovecharía para conocer la posición del oráculo y llegar a un acuerdo ventajoso para ambas partes.

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