domingo, 18 de septiembre de 2022

Naturaleza

Una cumbre. Porque aún hay que escalarla. Un precipicio. Porque ya se ha acometido parte de la ascensión. A media altura. O a tres cuartos. O a un octavo. Una cordillera de montes aún pendientes de explorar. Los bosques de siempre con algún rinconcito nuevo. Una cascada estacional y dos lagos que se van convirtiendo en charcos. Hojas secas sobre el césped verde. Piñas con las que resbalarse y rocas que ayudan a trepar. Piedras dudosas de su posición. Colección de minerales asomándose con timidez.

Cinco aves en plena migración y un oso hibernando. Puede que alguna culebra. Muchas flores de colores. Un pasamontañas abandonado y las muescas de un amor de verano sobre el árbol que arrancó la tormenta. Una cueva escondida tras el matorral. Secreta y mundialmente famosa. Una red de senderos que cambia con la dirección del viento. Musgo que siempre señala el norte. El rocío para despertarse.

Algarabía y jolgorio de seres sobrenaturales. Unos con superpoderes. Otros con lanzas de puntas prendidas. Tardes que se marchan con el sol y amaneceres que no conocen las estrellas.

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