viernes, 19 de febrero de 2021

El marinero

Su barco seguía amarrado en el puerto. Las luces estaban aún encendidas pese a que el sol brillaba en el cielo desde hacía varias horas. La cama estaba hecha y su ropa en el armario. Todo estaba en ordeno, incluso su diario reposaba en el escritorio junto a los cuadernos marítimos. No había ninguna página arrancada, no había ningún resquicio que apuntara a un problema de salud mental o con alguna persona. El dinero seguía guardado en la lata de las galletas junto a unos folios con anotaciones de su puño y letra que confirmaban el estado de sus cuentas y su evolución en los últimos cinco años. Había sido actualizada la tarde anterior. No había ningún gasto extraordinario y la cantidad era exacta.

Marian sería la persona encargada de resolver eficientemente el caso en apenas dos meses y agrandar aún más la leyenda del marinero.

No había sangre. No había marcas de ningún forcejeo. Y aún así, no había habido ni una sola persona del abultado personal autorizado, que al verle en la cubierta hubiera vomitado, gritado de horror y necesitado de asistencia médica. No era nadie especialmente conocido en el pueblo, pero lo que habían hecho con su cuerpo le iba a hacer inolvidable en toda la comarca y más allá.

2 comentarios:

  1. Un relato inquietante. ¿Continuará?

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  2. No suelo continuar nada de lo que escribo en el blog pero desde que plasmé estos personajes me han estado persiguiendo más de lo habitual. Puede que un día...

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