A veces llueve
cuando solo quedan estrellas,
te emborrachas
con una sola copa de vino,
vuelas entre las nubes
que pintaste de pequeña.
A veces un mando a distancia
sin botones que apretar,
una canción lejana
que no quieres escuchar,
una mota de polvo
que destaca en el desván.
A veces un murmullo
es el viento del huracán,
la marea que te lleva
donde siempre quisiste estar.
A veces tan sutil
que marca la piel,
tan hipnótico
que se aparece en los sueños.
A veces solo hay que hablar.
A veces no hay palabras
que digan la verdad.
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