miércoles, 29 de marzo de 2023

Las voluntades que se disipan

Te perdiste en el calendario. En las cenas furtivas a las dos de la mañana y las llamadas perdidas. En el escalón donde siempre dejabas la basura. En las conversaciones de diálogos a trompicones y silencios pesados de las tardes que iban consumiendo la resaca.

Me perdí en el chat que no sé contestar. Ni quiero. En las promesas vacías. En los festivos que no fueron para descansar. En el reloj que dejó de marcar la hora hace tres meses y al mismo al que le quité la pila hace dos años.

Nos perdimos en vagones de direcciones opuestas y paseos por la montaña que solo llegamos a planificar. En el regalo de cumpleaños que sigue al fondo del armario. En el piso de estudiantes que anhelábamos compartir y en el que nunca coincidiámos. En la película que no nos gustó y dijimos que había sido fascinante. Increible. Toda una experiencia para los sentidos.

Nos perdieron las otras prioridades y los reencuentros para más adelante. Los abrazos que retuvimos y las lágrimas que se secaron antes de salir de los párpados. Las voces que recriminaban un exceso de confianza. Ellos y la necesidad de culparles en lugar de pararnos a analizar porqué lo desgastamos nosotras.

Se perdió. Primero ardió y luego se congeló.

Se perdió y el viento esparció las cenizas.

Se perdió y ahora ya no es.

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