Quiero subir un peldaño. Y luego otro. Subirlo yo. Subir contigo. Ir de la mano por las calles de Madrid. Viajar. Por nuestra ciudad y por otros mundos. Y seguir de la mano. Nadar en la playa. Subir montañas. Unas más altas que otras. Todavía agarrada de tu mano.
Quiero que nos pasemos la noche hablando, y que al día
siguiente, en el trabajo, nos cueste sostenernos por el sueño, pero no puedan
borrarnos la sonrisa de la cara. Levantarnos tarde el sábado y sin ningún
remordimiento. Hacer que los domingos sean largos. Que cualquier día sea
contigo. Y conmigo.
Quiero que me abraces en la cocina. Por la espalda. Con la
ventana abierta y una suave brisa agitando nuestro pelo. Que me acaricies la
mejilla. Muy despacio. Delicado. Que crucemos la mirada donde no podamos
besarnos y sintamos igualmente el contacto de nuestros labios.
Quiero que festejemos. Aunque no me guste la fiesta. Que nos
cuidemos. Y nos sintamos cuidados por el otro. Que nos enfademos. Y nos duela
más estar haciéndole daño al otro que la propia razón de nuestro disgusto.
Lo quiero todo. Te quiero a ti. Y me quiero a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario