Regresa a la parte 1 - por la mañana
Un hombre sonriente se pasea por el pueblo sin desprenderse de su actitud pese a las palabras pesarosas de todos aquellos con los que se cruza. No se detiene con ninguno de ellos. Sonríe. Como siempre lo ha hecho. Entra en una panadería. Pide una hogaza. La tendera le regala una palmera de chocolate y le da una palmadita en la espalda.
Un hombre sonriente regresa a su casa. Enciende la radio y se descalza. Se escuchan las noticias a un volúmen moderado. Cuelga la chaqueta en el perchero y entra en la cocina. Abre la nevera y saca un bote de judías verdes ya preparadas. Lo vuelca en una cacerola y lo pone a calentar en la vitrocerámica. Mientras, pone el mantel en la mesa del salón.
Un hombre bueno coge una lata de sardinillas en aceite y la abre. Deja escurrir el aceite y vuelca el contenido restante en un plato. Come pan y sardinillas de pie revolviendo las judías verdes. Acaba con el primer plato y lo deja en el fregadero. Apaga el fuego y vierte el contenido de la cacerola en un nuevo plato. Se sirve un vaso de agua y lo coloca en la bandeja de hojalata junto a las humeantes alubias.
Un hombre amable come con la radio de fondo sin prestarle atención. Piensa. Con la última pinchada, recoge todo sobre la bandeja de hojalata y vuelve a la cocina. Deja un tenedor, un plato y un vaso en el fregadero.
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