viernes, 25 de julio de 2025

Tierra seca

No queda una brizna de hierba ni una gota de agua sobre el río. Está la tierra baldía así como mis sentidos dejan de querer volver a tus brazos. No queda oxígeno. Ni una triste semilla para recuperar el huerto. Ahora el jardín está inerte y los topos no se atreven siquiera a hurgar entre los restos.

Si el corazón sigue latiendo es por la acción de la inercia porque estas manos que ya no acarician tu piel y estos labios que han olvidado tu saliva, se han vuelto marchitos y no saben cómo calmar la quemazón. ¡Ay, pero que camino tan escabroso! Si el cuerpo mantiene su temperatura corporal es porque el fuego tiene mucho bosque del que servirse como combustible. Si quedaron raíces es para recordar porqué se ha acabado la admiración y ya hay siquiera un poco de cariño.

No queda sal para curar el océano ni un poco de aliento para susurrar tu nombre. Está el viento en contra pese al anticiclón. No quedan misterios en las profundidades marinas ni tampoco emergen antiguos tesoros. No hay luz.

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