lunes, 18 de abril de 2022

Las voces de tu cuerpo

Algo así como intuir una presencia. Porque no se ve. Es. Algo menos que una percepción y algo más que una corazonada. Los demás te miran con cara de pensar que te estás volviendo loco. Pero te da igual. Porque sabes que está cerca.

Tu piel no te engaña. Los pelos en tu brazo se han erizado. Sigues sin ver nada. Pero ahora ya es una certeza. Tus ojos apenas pueden posarse unos segundos sobre ningún objeto. Sospechas de todos. Desconfias de todos. Porque sabes que está cerca.

Tus piernas te sostienen aunque no sabes cómo. Te gustaría creer en los fantasmas. Incluso aunque su voz sonara de ultratumba. Sigues sin ver nada pero te sientes rodeado. Casi puedes percibir la hoja fría de una navaja sobre tu cuello. No te permites dudar. Porque sabes que está cerca.

Buscas una mancha en las sombras, una figura conocida a la que poder culpar. Tus dedos intentan acusar pero tus puños se cierran hasta que las uñas alcanzan el torrente sanguíneo. Sigues sin ver nada. Pero ahora sabes que tus ojos están abiertos y no van a ser capaces de reconocerlo. Como otras veces. Aunque no haya cambiado nada. Y no tienes miedo. Has dejado de temblar. Quieres ser valiente y sabes que lo conseguiras. Como otras veces. Porque sabes que está cerca.

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