Se instala bien dentro. En algún lugar entre las neuronas y los jugos gástricos. A veces se dice que ocurre en el corazón. Eso en realidad es una metáfora como centro neurálgico del impulso sanguíneo que es dicho músculo. Reacciones químicas e impulsos nerviosos. Al final una traducción abstracta, a veces errónea, de lo que llega al plano del alma.
Encuentra un rincón al que agarrarse y luego parece que ya no está, que puede ser una costra a punto de cicatrizar. Y vas tú y por unos minutos te lo crees. O te piensas que no puedes seguir vagabundeando por los restantes metros cuadrados de tu gigantesca habitación.
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