Pienso que eres guapo a pesar de tus orejas puntiguadas. Marcos decía que te las pegabas con mocos para que quedaran así; y Carlota, que te habías puesto un alfiler. Nunca les creí. Ahora Marcos ya no sabe quién eres. Te habrás dado cuenta de que no vive aquí, solo viene en verano. No sé cómo lo hacéis pero no consigo que coincidais. Yo no creo que se haya olvidado de ti. No ha podido hacerlo. Es solo que se ha vuelto un poco estúpido. Mi abuela dice que es por estar todo el día con la maquinita. Yo creo que es porque en la ciudad solo respira humo y entonces las neuronas se le atrofian.
¿Eres un elfo? A ver, que yo ya soy un poco mayor para creer en esas cosas pero... lo eres, ¿verdad?
Bueno, yo en realidad lo que te quería contar...
Me voy.
Me han dado una beca para estudiar el próximo curso lejos. Es guay pero... Pienso en Marcos, y en Carlota... No quiero que me pase como a ellos.
Por eso te pido que... si alguna vez dejo de ser la niña que soy, espero que al menos tú me puedas recordar quién era. Prométemelo, por favor.
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