lunes, 4 de diciembre de 2023

La tormenta dentro

La luz del sol se cuela por las rendijas de las persiana y evidencia una capa de polvo sobre el escritorio. Hay huellas dactilares que no han dejado marcas. En la estantería se balacean hojas a cuadros garabateadas. La puerta izquierda del armario sigue abierta y deja entrever un par de botas femeninas, unas pantuflas grises y tres abrigos de piel colgados deprisa. La cama recién hecha y los peluches alborotados en una esquina de la habitación.

El olor del último café empieza a extinguirse de la tela de las cortinas. Los platos siguen en el lavavajillas y los cubos de basura están vacíos. Sin bolsa siquiera. Las hojas secas en el macetero de la entradita y un paraguas sin dueño como acompañante. La puerta del salón sigue cerrada. Con los restos de la tormenta aún esparcidos por el suelo. Y ella.

Ella atravesando la puerta del salón. Sirviéndose café en una taza que no necesitará ser limpiada y acariciando los peluches que no puede colocar en su cama.

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