Hola, David. Espero que éste siga siendo tu teléfono. Supongo que ahora te pillo ocupado.
Ibas solo. Con una mochila y una bolsa del supermercado. La cocina siempre se te dio bien. Y la mochila deduzco que del trabajo. ¿O es que has vuelto a estudiar? Me alegraría tanto lo uno como lo otro, aunque reconozco que me daría envidia cualquiera de las dos respuestas. Sigo posponiendo (eternamente como dirías tú) lo de meterme en alguna escuela de pintura. Y respecto a la faena… pues solo por temporadas. Y ahora mismo no es una de ellas.
No quise interrumpirte. Parecías tener prisa. ¿Ibas a ver a tus padres? Espero que estén bien, sinceramente lo espero.
¿Y tú? ¿Cómo estás? Lo cierto es que no retuve tu expresión. Solo me quedé con la sorpresa de verte.
Y... bueno, nada que... todo este mensaje es básicamente para decirte que... te echo de menos y que... siento haber dejado que nos distanciáramos tanto. Me gustaría que nos viéramos un día de estos y nos pongamos al día. Si te apetece, claro. ¡Un abrazo fuerte!
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