Manos entrelazadas
pretendían jugar,
besos fugaces
disparaban más allá,
caricias,
ternura.
Nada más.
Recuerdo descubrir la mitad
de tu universo gris,
doblegabas la rutina
con champán y un souvenir.
Distancias que alargaban la verdad,
el final.
Secretos a voces
mudos de callar.
Atardeceres de postal.
Nada más.
Mis nubes dormitaban
sobre arenas movedizas.
Acompañaba a la duda
a sembrar mi despertar.
Sin marcha atrás,
a favor del viento en contra.
Vuelan las estrellas
hacia el otoño que vendrá...
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