viernes, 23 de agosto de 2024

Al otro lado de la galaxia

Era como estar frente a un espejo, pero sin que hubiera fisicamente ningún cristal. Para cualquier otro visitante de la biblioteca, resultaría evidente, por su parecido, que en aquella mesa estudiaban dos hermanas gemelas. Sin embargo, ellas hacía apenas unos días que se conocían.

No, no eran adoptadas. No, sus padres no habían tenido aventuras extramatrimoniales. Sí, conocían el tópico literario denominado sosias. Pero el parecido físico entre ellas era extremo, por no hablar de que compartían alergias, cicatrices y estancias en el hospital. A nivel de carácter sí que eran diferentes. Complementarias, más bien; mientras que Gaia era tímida, Iria tenía una capacidad innata pera socializar; la primera disfrutaba de los deportes y la segunda prefería salir de fiesta por la ciudad; donde la una aprovechaba cada minutos para quedarse sola, la otra optaba por estar siempre acompañada. En lo que ambas estaban de acuerdo era en que su encuentro no podía ser solo una casualidad. Sentían que, de alguna manera, se estaban atrayendo la una a la otra.

Iria estudiaba Ciencias políticas en una Universidad a Distancia. Estaba acostumbrada a hacerlo en bibliotecas, pero solía acudir  a otra más cercana a su casa. En las últimas semanas había habido más gente de lo habitual y habia optado por buscar otro lugar. Tampoco era la primera vez que cambiaba de espacio de estudio. Le gustaba investigar otros edificios. No podía negar un componente curioso en su personalidad.

Gaia estaba acabando Ingeniería Aeroespacial. Solía hincar codos en su propia habitación pero cada vez le resultaba mas fácil despistarse y había querido probar en un entorno diferente, eso sí, literalmente a dos minutos de su casa. No podía negar cierto componente vago en su personalidad.

Se observaban por el rabillo del ojo mientras hacían como que estaban concentradas en sus apuntes. Apenas habían intercambiado un par de palabras en persona pero por las noches se escribían por mensajería instantánea durante horas.

Si bien era cierto que no compartían mucho más que su apariencia física en La Tierra, lo cierto era que sí compartían una carga genética común y que estaban destinadas a reencontrarse tal y como decía una leyenda al otro lado de la galaxia.

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