sábado, 31 de agosto de 2024

La nueva casa - 1/3

Las cajas de la mudanza todavía seguían intactas en una esquina del salón. Había sacado lo más básico y lo demás lo mantenía apilado como si esperara otra mudanza de forma inminente. Solo que no era así. Le gustaba su nuevo hogar. Hogar. Solo la disgustaba no saber a dónde habían ido a parar los últimos cd's de jazz que había comprado. Estaba segura de que la caja en la que los había metido no se había perdido por el camino; era donde estaba el jarrón de su prima que ahora ya decoraba la mesilla del salón.

La alarma del móvil saltó a las seis y cuarenta y nueve. Sonó insistentemente porque estaba muy a gusto entre el cuarto y el quinto sueño. Las sábanas fueron retiradas lentamente. El contacto con la temperatura ambiente la desperezó de golpe. Saltó de la cama y fue directa al baño sin atinar siquiera a apagar el despertador. Dejó de sonar igualmente.

El edificio era antiguo pero estaba recién reformado. Su tercero sin ascensor tampoco era un problema para su juventud. Era una buhardilla sin más vecinos en su planta. Amplio, luminoso, relativamente barato para los precios de la zona. Todo ventajas.

Que la estuvieran timando y las paredes estuvieras recubiertas de plástico para que se le cayeran encima según pasaran un par de días, era un pensamiento recurrente. Pero apenas tenía tiempo para recrearse en ello.

El agua caliente se deslizaba sobre su piel. Repasó mentalmente la agenda del día y tomó nota de la urgencia de hacer un hueco en su ya apretada planificación para pasarse por el supermercado y dejar de estirar las dos gotas de gel que le quedaban desde hacía una semana.

La cafetera se encendió. Sola. No, eso no es posible. Aunque ella desde luego que no la encendió. Ni tampoco lo había hecho en los últimos tres días. Cuando lo descubría, se convencía de haberlo hecho adormilada.

Cerró el grifo. La puerta del baño estaba entreabierta. Vio la sombra pasar de izquierda a derecha. De la cocina a su cuarto. Un cuerpo. O quizá solo alguna rama inoportuna. O una sábana escapando del tenderete de algún otro edificio. Rió sonoramente. Entre nerviosa y divertida. Seguía desnuda y con el pelo aún chorreando.

Continúa en la Parte 2

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