domingo, 31 de diciembre de 2017

Llegó el crepúsculo


Habían llegado a la playa en silencio. Caminaban descalzos separados por varios metros. Sangraban.

Finalmente tragó saliva y se detuvo. Le aguardó. Se miraron a los ojos. No les hacía falta palabra alguna. Le tomó de la mano con ternura. No quería llorar pero su alma se vertía corriendo cautelosamente por sus mejillas.

El atardecer bañó un abrazo eterno. Sonrientes, vacilaban de dar el paso, pero había llegado el momento. El mar esperaba el sacrificio.

Cada uno se alejó en una dirección.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Ni sombra me dio, pero lo quiero

-Puedes cortar el limonero, que no sabemos ni qué hacer con los limoncitos dichosos. El manzano incluso, que está ya seco. No sé por qué tienes que venir justo a talar aquí.

-Señor yo... cumplo órdenes.

-Vale, pues te prohibo que toques mi... MI CIRUELO. ¿Pero tú sabes lo mal que lo he pasado yo aquí? Me ha acompañado muchos veranos castigado. Los mayores berridos que en mi vida haya podido dar nacieron aquí. Y mira que podía haber trepado o haber hecho mil trastadas. Pero no, porque nos respetamos. Él no me daba sombra, y yo me moría de calor pero... a cambio no le robaba sus ciruelas. Mira que todos terminamos hartos del de la entrada. ¡Anda que no habré cogido kilos y kilos de su fruto! Pero no es igual, porque éste es "el ciruelo de César". ¡Ey! Y ojito que nadie más ha sido castigado en mi árbol.

 
14-11-2017

martes, 5 de diciembre de 2017

Cuerpos

Prefería ayudar con el puchero que ir a la escuela. Águeda detestaba al Señor Pascual y desde que su hermana viviera encamada, disfrutaba del privilegio de no ver al maestro más que en misa.

-Madre, ¿porqué la Antonia está cada vez más gorda?

-Calla, niña.

-Madre, madre, llame a la partera.

martes, 28 de noviembre de 2017

No pasará el tiempo

Ya no era una muchachita que correteaba por los pasillos con las trenzas siempre despeinadas. Ni siquiera ya podía quedarse en la cama mientras su abuela se afanaba en buscar cubos para las incontables goteras. Sin embargo, el repiqueteo de las gotas en cada charco que se formaba en el patio, seguía produciéndola la misma calma. Y el mismo mal humor. Adoraba la lluvia, era muy necesaria, pero detestaba cuando el cielo aguardaba durante semanas hasta que ella ponía un pie en su pueblecito. Y ya pasarán quince o treinta años, que ella seguiría esperando impaciente junto a la ventana, entre la calma y la agonía.

martes, 21 de noviembre de 2017

Y decía: La vida es sueño

Comienzan a llegar los de la sesión de las cinco. A veces les ayudo con su escenografía: una silla y un botón... ¡Es increíble cuanto puedes imaginar cuando no hay dinero! La cuestión es que al público le encanta aunque comienza a haber críticas por el final según se van volviendo más populares, lo que en realidad es algo positivo.

El pasillo se ha llenado de locos que dicen calentar su voz. Yo sí que les voy a calentar la cara como no aparezca la caja del atrezzo. Calva me van a dejar. Sí, parece imposible pero todo va a la perfección en cuanto se suben al escenario.

Y lo tranquilito que se queda esto... Hora de recuperar la vida privada. Aunque... debería empezar a pensar en cómo...

Tuve un sueño: nuestro pequeño teatro se hacía más grande que nosotros. ¡Papel y boli, corre.... esa es una idea brillante! Porque claro, si muevo la función de la sala minúscula a la sala más pequeña... Que digo yo que son las cuatro de la mañana y ya va siendo hora de dormir.

Tuve una pesadilla. No quiero hablar. ¿Anoche cené? Claro, eso lo explica todo. ¿Pero qué es esto? Menuda mierda de idea.

No hay café. Han llegado ya lo nuevos e incluso parecen formalitos. ¡Empezamos! Así que sustituir a tres actores y encontrar financiación para los de amateur. ¡Eso está chupado! ¿Y estos otros? Por mucho que crean ser cabras no pueden comportarse como animales.

¡¡¡Vamos a ver, que una productora no es nada sin su móvil!!!

¿Y dices que es necesario comer para sobrevivir?

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24 horas en la vida de un personaje

martes, 7 de noviembre de 2017

Poesía en el cine

"Cuando las cosas llegan a los centros no hay quien las arranque",  escribía Lorca en Bodas de sangre (1931). Y eso es lo que me pasa cada vez que me acerco al poeta granadino. Da igual el formato, te toca muy dentro.

Hace poco revisioné La novia (Paula Ortiz, 2015) y me acosté con la emoción a flor de piel. No será una película que guste a todo el público, pero desde luego que a mí me tiene ganada y será por siempre un referente.

Quien más quien menos, tendrá un conococimiento mínimo de lo que cuenta Bodas de Sangre. En ese aspecto, se trata de una adaptación bastante fiel en la que la tragedia se masca desde los primeros planos a través de una elección de montaje muy inteligente, que evidencia el tono abriendo la película con la novia revolviéndose en el barro con el vestido de boda ensangrentado.

Clave es también la distancia entre la cámara y los distintos personajes. Hay una escena verdaderamente asombrosa en este aspecto. La novia busca a Leonardo y tras un muro se dicen lo que de verdad sienten. Ellos susurran y se estremecen por la fuerza de sus emociones y el espectador recibe esa corporeidad del sentimiento.

Y en esa "sublimación de las formas", tal y como explica en diversas entrevistas su propia directora, comienzan a cobrar importancia los símbolos, cimiento poético de una obra que, recordemos, es audiovisual. Paula Ortiz convierte las palabras del dolor en imágenes cuya belleza supera toda tragedia. Ya se dijo en su momento y no puedo estar más de acuerdo, La novia es una fábula poética trágica, pero tremendamente hermosa. Mucho de eso se lo debe a la dirección de fotografía. En mi admiración por el color de la imagen, esta película combina a la perfección la calidez del fuego de la hoguera y el frío de la noche, acompañando las sensaciones de la novia y augurándonos su destino.

La composición del plano se erige entre todos estos elementos para que la experiencia sensorial sea aún mayor y el valor que le otorga al deseo nos llegue sin apenas darnos cuenta. Se plasma en esa última escena en que la novia pide que la maten. La culpa sobrevuela la mirada de todos los personajes y las palabras brotan en una fascinante dirección de actores.


Madre: con un cuchillo,
con un cuchillito que apenas cabe en la mano,
pero que penetra fino
por las carnes asombradas
y que se para en el sitio
donde tiembla enmarañada 
la oscura raíz del grito.



Es verso, sí, pero casi nunca eres consciente de ello porque es una pieza más del puzle, una armoniosa película en la que queda patente la maestría de su directora. Eso también, la fuerza de las mujeres está presente en la misma elección de perseguir a la novia en cada una de sus dudas, en cada uno de sus deseos.

No se me ocurre mejor manera de abandonar este placer de los sentidos que, de nuevo, con unos versos que, si bien ya Lorca dibujó en la belleza, Paula Ortiz enmarca en la perfección, aunque no toda la miel se hizo para la boca del asno.


Novia: tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas, que acercaba mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes.

martes, 24 de octubre de 2017

Alcohol para las neuronas

La música a todo volumen a través de sus auriculares. El corazón a mil por hora por culpa de aquella droga. Caminaba eufórica incapaz de posar la mirada en un único punto. Quería gritar de la emoción y a la vez sus labios se negaban a pronunciar palabra alguna, tan ocupada como estaba su boca en dejar que la baba se escapara sin remedio.

Martina llegaría tarde a su primera clase en la universidad. Sus pies se negaban a abandonar aquellos pasillos en los que sus manos vagaban entre infinitos libros incapaz de decidirse por uno solo. ¡Quien la viera cuando se enterara de que podía llevarse hasta siete en un mismo día!
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Es muy probable que tú, lector, tampoco lo sepas. Hoy, 24 de Octubre, como viene haciéndose desde 1997, se celebra el Día de las Bibliotecas. Me parece absurdo dedicarle un día al beso, me entristece que tengamos que designar una fecha para el almacén de los sueños, pero es peor aún el interés que le pone la sociedad en darle una voz.

lunes, 16 de octubre de 2017

Si te atrapan los recuerdos

Atacan en mitad de la noche. Abres los ojos y estiras las piernas. Sientes el frío de las sábanas. Tu respiración no es agitada y no entiendes qué te ha despertado. Solo escuchas una profunda oscuridad. Giras la cabeza y encuentras su cuerpo.

Procura no mirarle a los ojos, son unas redes de las que jamás podrás escapar. Procura no gritar si quieres conservar tu voz. No quieres acercarte y sin embargo tus pies caminan solos.

Elige si quieres la batalla o la distancia. No sonrías en la alambrada si sabes que aún hay espinas en esas flores. No te abandones si aún crees en la luna. Y si piensas que en la oscuridad hay estrellas que aún brillan, deberías aprender que solo el fuego está dispuesto a tomar tu mano.

Observa el abismo, sabes que es el camino por el que pasean tus insomnios contratados. Abrázate al tiempo. Abrázate al humo y la ceniza.

Si percibes su aliento es porque ya estás en sus brazos. Tus músculos se inmovilizarán. Sentirás el cuchillito que descienda por tu mirada. Nadarás en el lago en invierno y correrás por el desierto en verano. Hallarás fuego en los témpanos del silencio. Intentarás detener la lluvia. Puede que incluso veas amanecer mientras la sangre fluye por la playa esa tarde. No querrás moverte pese a calzarte las deportivas. No debería ser una losa sino un hermoso regalo. Encuentra el espejo que te lleve a la noche. 

Ríete, la salida está cerca. Acéptalo como un don y deja que los dardos se claven en tu piel; el hielo los convertirá en espadas. Encuéntrate. Encuéntrate incluso cuando no tengas fuerzas. ¡Encuéntrate!
 
Roza su espalda y no toques su alma. No va a desaparecer. Tampoco te puede degollar. Acarícialo. Sabrá darte veneno para el huracán y vida en el atardecer. No te encariñes y aún menos pretendas olvidarlo. Siéntelo, pero no en los días nublados. Ámalo, y después retorna a tu piel.

Vuelves a mirar el techo mientras tus dedos recorren lentamente las arrugas de tus sábanas. Giras la cabeza y suspiras. Solo tu cuerpo y un puñado de tiempo congelado.

jueves, 12 de octubre de 2017

Marchito


Aquello tenía que ser alucinante. Ya no era todo lo que se había especulado, ni lo fascinante que todo parecía por los comentarios de los propios protagonistas. Yo misma había colaborado (aunque hubiese sido muy por encima) y no pude por más que ilusionarme desde el minuto cero.

Parecía el regalo jamás esperado y a la vez el más añorado, ese que se entrega con una sonrisa cómplice que eterniza el preciso instante de la felicidad robada. Un envoltorio tan hermoso y tan perfecto que no te sientes capaz de dañar, optando por postergar su rasgadura en un intercambio de pudorosas miradas.

Todo debía ser maravilloso. Y en cambio, allí estábamos nosotros con sonrisas amargas ante sus caras de desagrado.

martes, 19 de septiembre de 2017

A su debido tiempo

Dicen que detrás de la verdad se oculta un silencio.

Había llegado a mi vida en una lluviosa tarde de otoño. Nos tropezamos en la calle. Todos los informes que acababa de imprimir se precipitaron en el charco más repugnante que había en todo el barrio. Sí, ese que siempre miras con respeto, preocupado por su magnitud y colorido. Así que ahí estaba yo refunfuñando, concentrada en que mis viejas botas no se metieran más de lo estrictamente necesario. Por aquella época me había dejado de gustar ir de compras y en la suela de mis maravillosos botines se apreciaba alguna grieta. Él me pareció un imbécil. Se quedó ahí parado, en silencio. ¡Es que ni me avisó de que estaba manchándome los pantalones! Cruzamos una mirada. Intensa, sí, lo reconozco, pero no por ello me dejó de parecer un zoquete.

Pasaron varias semanas. Nos cruzamos, esta vez sin agua de por medio. No le dije nada. Él tampoco me saludó. No iba a hacer un esfuerzo que bien sabía no me sería correspondido. Había tardado, pero la lección la iba aprendiendo, que el barrio no es tan grande y siempre te encuentras un conocido. También con algún amigo. Se les veía en la mirada.

Ahora que lo pienso, no le he preguntado por su trabajo de aquellos tiempos, pues lo cierto es que cada vez que tenía que llevar papeles a la oficina de la calle principal, me le encontraba por allí. Muchas veces yo no le veía, pero algo me decía que él sí me observaba. Supongo que debiera haberme dado miedo, pero no podía. Su mirada tenía algo de puro que me removía el alma entera.

Fui yo quien dio los pasos. Una primera cita, tres paseos por el parque, un par de besos robados,... El chico era tímido y por más que pasaba el tiempo, había una capa de su corazón que no lograba atravesar. Desistí en mi empeño. No me hacía falta.

Después de siete años tomando yo la iniciativa, me ha llevado a su casa. Dice que tenemos que hablar. Me ha preocupado un poco. Nuestro amor sigue intacto  y ha asegurado que no se va a separar de mí. Ha abierto una puerta y con voz débil a comenzaba a hablarme de su pasado.
...

domingo, 10 de septiembre de 2017

Allí

Sobraban las formalidades, bastaba con despojar los pies de zapato alguno y dejar que todo fluyera. No importaban las horas previas, era tan fácil como sentir la arena en los pies. Allí, el cuerpo bailaba sin movimientos preconcebidos. Era la libertad bombeando por mis venas; era la vida desnudando mis entrañas. Tan sólo el infinito azul delante, sin detenerse a pensar en el mañana. Mejillas sonrojadas para versos enajenados.

Sé que pasará el tiempo, y me embriagara la nostalgia. Lo sé, mis dedos detendrán la danza de una complicidad enmarañada, mi piel añorará la primavera. Lo sé, ya nada será igual.

Quizá sea suficiente otro invierno... quizá sea suficiente otra playa... quizá sea suficiente que mis pies abrazan otra cascada.

jueves, 31 de agosto de 2017

En la base de la montaña

Hace no mucho me decía mi abuela que el año no terminaba en diciembre, y que de poco servían los propósitos de año nuevo que hacemos en enero. Me contaba que es el mes de septiembre el que marca el inicio de una nueva etapa, y si bien es cierto que otros años ya tenía yo esa sensación, en esta ocasión no puedo estar más de acuerdo, me enfrento a los últimos días del año vislumbrando un camino con oro en la cumbre. Sólo tengo que elegir las herramientas adecuadas.

Ya pueden ser escalones desiguales, embarrados o estar cubiertos de malas hierbas, es la escalera que he elegido subir. Soy consciente de que es una de las más difíciles pero también sé, que por muy estrecho y complicado que se vuelva el camino, siempre hay gente que sale a tu encuentro para recordarte que el triunfo está en el camino. Son ángeles que no sólo renuevan tu energía, sino que la duplican.

Hoy retorno a la ciudad con el fiel convencimiento de que este verano me he tropezado un par de veces en las escaleras. Los moratones se han convertido en lecciones aprendidas, y si ha habido sangre era para recordarme que hay luz en el futuro.


sábado, 26 de agosto de 2017

Él

Tenía llaves, pero aún así, llamó al timbre. Eran las once de la noche y disfrutaba de un Gintonic en la terraza mientras observaba a la luna bañándose en el mar. Avancé a oscuras por la casa con mi traje de noche. No le esperaba.

Nada más abrir la puerta se abalanzó sobre mis labios. Creí que jamás daría el paso.

Cuando se apartó, sus mejillas sonrosadas y los ojos brillantes le impedían hablar. Tampoco nos hacía falta.

Le tomé de la mano y le hice pasar al salón. Me sonrió con ternura. Por primera vez, le sentía realmente enamorado. Dejó el sombrero en la mesa y salimos al balcón.

Las estrellas brillaban en el cielo acunando el rugir de la mar.
Iríamos paso a paso, pero ya no había vuelta atrás.

martes, 22 de agosto de 2017

Salud mental

Una buena sobremesa, el amanecer veraniego, la lluvia en la ventana acurrucado con la manta, echarse unas risas a las tres de la tarde, ese paseo que se convierte en "el paseo"...

Son instantes de calma y felicidad en los que no hace falta nada; dejar la mente en blanco, completamente en blanco, y sin ser consciente de ello, dejar que el tiempo pase... y disfrutar.


A veces pienso que el ser humano sólo se queda con el primer plano, la rosa que reluce hermosa en una tarde de verano. Pero tiene espinas, y el sol quemará sus pétalos si la lluvia se retrasa tan sólo unas horas. Afortunadamente, siempre hay un segundo plano, farolillos que en la noche adviertan de que un alma se está perdiendo, pero que aún puede sobrevivir haciendo trabajar a la regadera.

Deberíamos ser consciente de lo que es la salud mental, porque el cansancio físico no tiene mejor cura que unas horas de relax, pero ¡ay, señor! cuando es el alma el que se desvanece. Hay que reconocerlo, y ese es quizá el mayor de los obstáculos, lo que no pone nada fácil esta modernista civilización. Afortunadamente, siempre hay personas farolillo que son ángeles sea de noche o bien de día, y que poco a poco riegan la esencia de uno para que los pequeños instantes renueven las hojas secas.

Son dos procesos que se suceden al igual que la tormenta y el cielo despejado, porque mientras que la rosa agradecerá esa lluvia torrencial, habrá quienes se recreen en la compañía de una tarde soleada. Y ambas, por igual, conformarán el mundo de la realidad.


viernes, 28 de julio de 2017

A-dependiente del tiempo

Hacía tres años que había optado por no utilizar reloj de pulsera, y oye, que parecería una tontería, pero vivía mucho más feliz. Me dejaba guiar por mi intuición, aunque a veces la posición del sol también me ayudaba. Y no me iba nada mal: por el momento nunca había llegado tarde ni al trabajo ni a ninguna cita, pero he comenzaba a detestar a quienes miran de manera constante su reloj, complicando algo tan sencillo como disfrutar de la mutua compañía.

Después le llegó la jubilación al despertador. Un día se me olvidó ponerlo y como no tuve problemas para levantarme en hora opté por dejar de usarlo. Al poco se quedó sin pilas y lleva marcando las cinco y cuarenta y tres minutos desde entonces.

Le siguió el de la pared de la cocina y el del salón. Y no recuerdo si fue antes o después pero la cadena de radio perdió la hora en algún apagón y ya no me molesté en que la recuperara.

Ahora ya sólo me marca el momento del día la televisión, que mantengo por mis sobrinos y que sólo enciendo cuando ellos llegan, y el móvil, que me estoy planteando enterrar en el jardín.

Tan acostumbrada estaba ya a esa ausencia de horarios, que cuando le propuse a Martín que se viniera a vivir conmigo no tuve en cuenta el detalle, pues él, aunque respeta mi decisión, sí que depende del tiempo. Cada noche se quita su reloj de pulsera y lo deja sobre la mesilla. Entonces mi cabeza no puede más que concentrarse en su rítmico tic-tac, tic-tac, TIC-TAC, TIC-TAC.

Llevo ya tres noches sin apenas dormir, y aunque lo hemos hablado, él insiste en su necesidad de escuchar el tiempo como yo en la urgencia porque se deshaga de ese cachivache. Sinceramente creo que esto a acabar con nuestra relación.

viernes, 14 de julio de 2017

Coffee & conversation

Podrían devorarse con la mirada mientras se cogen de la mano de manera tímida. O lo mismo preferían comerse a besos antes de pasear descalzos por la playa. No es que se miren emocionados y no sean capaces de pronunciar palabra alguna (y claro me queda que el don de la palabra no lo han perdido porque las llamadas las atienden perfectamente. Sin embargo, en mis ya diez minutos de café matutino no les he oído intercambiar palabra alguna), pero tengo claro que hay algo entre ellos. El único problema es que su continuo interés por la pantalla de sus respectivos móviles me impide saberlo.

Sobre la mesa una taza de café vacía y un granizado verde a medio terminar (yo también lo habría abandonado con ese colorcito que tiene). Ella guarda el móvil en una mochilita de cuero y se pone una chaqueta. Observa sin interés a todos los que estamos en la cafetería. Por unos segundos devuelvo mi atención al ordenador (no sé si es que me han entrado de repente los remordimientos y me avergüenzo de andar cotilleando). De manera muy formal se levanta y comenta que va al baño.

Consigo verle la cara a él. Ojos verdes y pelo castaño, no se puede decir que sea una hermosura pero tiene su atractivo. Parece aburrido. Mira su reloj y parece lamentarse.


Ella regresa y por fin el joven levanta la mirada del móvil. Ahora es él quien se dirige al baño. Ella se sienta y se traga sin respirar el potaje verde de su vaso de plástico. No pasa ni medio minuto cuando él está de vuelta. Sonríe, pero me parece que es por cortesía. Sin mediar palabra parecen haber decidido abandonar la cafetería. Manteniendo una distancia que parece de seguridad, cruzan el largo pasillo de mesas y salen a la calle.


La taza y el vaso de plástico están juntos en la mesa ahora ya vacía, pero sigo sin tener claro qué tipo de relación los une.

jueves, 29 de junio de 2017

Las exequias de la memoria

¿Por qué vamos a los cementerios si no vamos a ver a los muertos?

En La chica desconocida (La fille inconnue, Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, 2016) se plantea, entre otros temas, la importancia de la identidad durante el entierro. La protagonista no sabe, no conoce a una chica que ha fallecido recientemente, y sin embargo, se va a empeñar en que la policía le de un nombre, que su desaparición de la tierra no lleve asociada su muerte del recuerdo de quienes la conocieron.

Es cierto que tan sólo se trata del reconocimiento de la identidad de un ser querido en unas letras grabadas sobre mármol, pero es quizá la manera de que perdure en la memoria.

Yo ya lo aprendí hace tiempo, el mejor recuerdo de una persona es el de un día cualquiera compartiendo un instante, una mirada, un abrazo, lo cotidiano que no por ello menos bello. De la noche a la mañana esa persona puede desaparecer y la memoria va a ser traicionera, pero sabes que su nombre va acompañado de una identidad, de una sonrisa particular que lo hace diferente a los demás independientemente del número del DNI.

Y recuerdo entonces Nuestro último verano en Escocia (What we did on our holiday, Andy Hamilton y Guy Jenkin, 2014). La película plantea cuanto de significativo tiene el lugar de entierro. Para los adultos la perfección de los actos debe estar a la altura de lo que la sociedad espera mientras que para los niños sólo es relevante la protección de la identidad del abuelo.

Me pregunto si el día de mañana alguien habrá comprendido mi identidad y sabrá qué hacer para que no desaparezca de su memoria.

viernes, 16 de junio de 2017

No puedo hacerlo

Si algo me ha enseñado tanto la interpretación como las clases de doblaje es que nada es imposible. Y probablemente sea cierto, pero hay momentos en que no cabe más que decir "no puedo hacerlo". No niego que no haya ocasiones en que sea una frase-excusa para no intentarlo, que quizá la pereza se convierta en un sustituto del miedo o del desconocimiento en según qué situaciones, pero también creo fielmente en la imposibilidad e incapacidad para enfrentarse a ciertos problemas; al menos sin pedir ayuda.

Reconozco haberme agobiado y tratar de solucionarlo por mis propios medios para acabar estropeando aún más la situación. Lo mismo era una estupidez, pero cuando de verdad te preocupa algo, no importa cual sea su procedencia, hay que solucionarlo y punto.

Te da por pensar y llegas a sentir que te encuentras sólo, mirando al oscuro infinito y sin una pizca de aliento para seguir corriendo; en el cielo surgen estrellas que te animan a continuar, pero en ningún momento llega el impulso de una mano en la espalda que te acompañe unos metros. Me da igual si se trata de exámenes, de salud, de economía o de líos amorosos: para, respira y habla. Hay que gritar, decirle al viento que has alcanzado el límite y que necesitas ayuda. No creo que haya nadie en el mundo sin un amigo socorrista. Vivimos en sociedad, ¿no?

Es sencillo: pararse para reconocer la situación, los errores y los aciertos; recuperar el resuello con una inspiración profunda y, sobre todo, hablar, ¡¡que para algo que caracteriza al ser humano no vayamos a desperdiciarlo!!

A lo mejor la solución son unas cuidadas palabras de cariño, una escapada o algo más serio. De nuevo, eso es lo de menos, porque cada corazón es único y precisa unos cuidados diferentes, pero lo principal es que sean escuchadas sus arritmias, primero por uno mismo, y, si es preciso, con un personal cualificado, aunque no sea sencillo dar el paso.

La verdad es que pensándolo detenidamente, no se me ocurre nada imposible si sabes en quien encontrar un mensaje esperanzador.

Sueños

Sueño con rosas blancas, negras y doradas
Sueño que me habla la luna
Sueño que estoy atrapada entre tus besos
Sueño con palabras desterradas
Sueño que soy aurora de mil recuerdos
Sueño que estoy en tu mirada
Sueño con una dama que es mariposa
Sueño que voy bajando por cuestas llanas
Sueño que le doy un abrazo al tiempo
Sueño con una sonrisa eterna

Sueño que estoy haciendo sueños





13-06-2017
Propuesta de escritura a partir del poema Sueños de Nicanor Parra.

domingo, 11 de junio de 2017

Melodía del pasado

No sabía porqué pero aquella canción siempre me hacía llorar, y aún después de varios años escuchándola, me producía la misma sensación sin que pudiera explicarlo.

Con el primer acorde dejaba lo que tuviera entre manos y la vista se me nublaba. Antes de que fuera consciente de ello tenía los ojos cerrados y la mente en blanco. En alguna ocasión lograba tararear la letra y siempre, siempre, en los últimos segundos de la parte instrumental, una única lágrima recorría mi mejilla izquierda.

Después precisaba de un par de minutos para recuperarme, y aún así, no retornaba al estado inicial: mi corazón se ablandaba y tenía dificultades para que surgiera una sonrisa; tan sólo quería dormir.

Por eso cuando comenzó a sonar en el ordenador de mi hermana y tardé un buen rato en reconocerla, supe que estaba en medio de una transformación sin vuelta atrás y que, en el fondo, me resultaba de lo más repugnante. Aquello sólo podía significar que me pudría por dentro, que me estaba matando poco a poco. Sin embargo, ya había dado el paso.


Relato creado a partir de la canción
Ya te lo decía yo (Ester Rodriguez)
BSO Los Miércoles no existen (Peris Romano, 2015)

martes, 30 de mayo de 2017

¡Habrá que probar!

-Veintitrés años llevo viviendo en la ciudad, pero señor juez, le prometo que en mi vida me había montado en esos cacharros.

-¿En un autobús?

-¡Anda, claro ¿no me había preguntado por eso?! Mire, mi abuela me dijo que una vez se subió a una calesa en su pueblo y casi pierde la vida. Así que yo, como es evidente, he vivido siempre con el miedo metido en el cuerpo. Y llegó aquel día, puse un pie dentro y me dije: Valentina, que ya tienes una edad, tira pa' dentro. ¡Habrá que probarlo! ¿no? Eso empezó a moverse, me caí al suelo, empecé a dar vueltas,... ¡Ay, ay la que se lió ahí dentro! Si ya me lo decía mi José: Valentina... no sé yo quien te puso ese nombre, pero se equivocó de cabo a rabo.

domingo, 14 de mayo de 2017

En espera

Miguel, mira que te gusta hacerte de rogar. Te tengo dicho que no voy a mandarte un correo electrónico para tres tonterías, que eso es una estupidez, pero nada, que tú sigues sin cogerme el teléfono. Pues macho, no pienso seguir con mi trabajo hasta que me llames. ¡A ver cómo te las apañan que nos quedan dos semanas! Y por favor cambia el mensaje del contestador que éste ya me lo sé.


09-05-2017

miércoles, 10 de mayo de 2017

Cansada pero feliz


No voy a mirar el reloj. Me va a dar tiempo. Me. Va. A dar. Tiempo. Venga, pinceles, agua,... Concéntrate. A este árbol le faltan... manzanas, eso, manzanas... ¡Ay, que sueño! La rosa, Almudena, la rosa, que todavía la dejas a medias. Muy bien, muy bien,... estupendo... otra cosa menos... pero primero vete a lavar la cara, bien de agua a ver si te despiertas de una vez.


Esas ojeras, maquillaje, que esto no se soluciona de otra manera, más, un poco más, por favor.

Ala venga, chincheta, martillo y colgar. Chincheta, martillo y... eh, eh, eh, a esto le falta... ¡el cartel, del título, claro! Vamos, corre que ya está oscureciendo.

Será posible, y el tobillo ahora... no lo pienses... despacio, más despacio. No le hace falta ni hielo, maravilloso. Venga, el cartel.

Luces. ¡Toma ya y no se ha fundido ninguna! Pues nada, ha llegado el momento. Fuera nervios, respira y a disfrutar, que de algo tiene que haber servido dormir tan poco. Ya mañana descansas y te vas de compras.

Bah, que tonterías dices Almu, mañana a empezar otra colección. ¡Si es que no me puede gustar más mi trabajo!

Sonríe, que están llegando los invitados.

09-05-2017

domingo, 7 de mayo de 2017

¿Soy yo? ¿De verdad?

El seudónimo es el nombre falso bajo el que se ocultan algunas personas. En este blog, todos los post son firmados por una tal Sara Montoro, que, en teoría, soy yo, alumna de Comunicación Audiovisual de la UC3M. Pero, ¿quién te asegura que eso sea así?,  ¿acaso no he podido pedirle a un gran amigo, a mi hermano mayor o a mi novio que "colabore" aquí?

La verdad es un concepto tan escurridizo que hasta la RAE lo explica desde la subjetividad:

               verdad

                  1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente

Una vez conocí a un actor que para preparar sus primeros personajes se montaba en el tren y observando a los transeúntes comenzaba a experimentar y a crear una personalidad, que durante todo el día, independientemente de quienes fueran las personas con las que se cruzase, jugaba con la manera de hablar y el movimiento del personaje que aquel día le tocara. Me pregunto si debería creer en sus palabras o pensar que estaba interpretando delante de mí, lo cual, enredándolo un poco, supondría que no me estaba mintiendo.

¿Las personas muestran en algún momento su identidad?, ¿ese principio de actor que oculta ciertos rasgos, conforma ya parte de la identidad? Cuando la gente dice que ha evolucionado, que ha cambiado, ¿cómo tiene la certeza de que su pasado no volverá si este es completamente imborrable?

A veces me pasa que la vida de la ciudad me vuelve gris y siento que la rutina y lo mecánico se apoderan de mí, y pienso "yo no soy así, necesito respirar el aire del campo y recuperar la naturaleza", pero ¿cómo que no soy así? La forma de ser se configura a partir de nuestros actos, he permitido que lo cotidiano sucumba en mi día a día, que la creatividad sea tapada por el aburrimiento, y por mucho que no me guste, que me repugne, ahí está, y me hace ser como soy. Pero queda un halo de esperanza, porque precisamente por mi identidad, tengo las armas para cambiarlo.

¿Cuál es mi personalidad entonces, la de una chica en constante cambio, la que no me gusta y rechazo pero conforma mi hábito, o la que me esfuerzo por conseguir en la ciudad y sólo alcanzo en el campo? ¿Dónde se encuentra la verdad? Por cierto, ¿desde cuando tengo un hermano mayor?

miércoles, 3 de mayo de 2017

Solo a veces nieva en la ciudad

Podría no haber sucedido, de hecho, era lo más probable: un trabajo más, un grupo más, y sin embargo ha sido la única ocasión en que a lo largo del curso hemos sido un equipo, para la bueno, y sobre todo para lo malo.

La RAE define grupo como la "pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto, material o mentalmente considerado". Sí, se puede decir que dos mujeres, dos marionetas, una voz sin mayor participación y un compañero forman un grupo, que las grabaciones salen adelante con el trabajo tardío y que las batallas por ver quien es más borde sin que se note han sido de lo más formativas, porque el programa final ha salido muy bien y encima nos hemos divertido, por supuesto, pero todas las horas baldías moviendo los hilos de un títere que luego hacía lo que le daba la gana, terminan por pasar factura.

Y qué malas son las comparaciones, pero cuando te encuentras con un equipo de verdad, en el que te sientes a gusto aún con discusiones de por medio, en el que quieres trabajar pese a los agobios (porque otra cosa no, pero el estrés era el principio de cada reunión...), pues poco importa que el trabajo final no haya salido bien; hemos aprendido a trabajar en equipo y a encontrar la confianza en quienes empezaron por ser desconocidos.

Nos decantamos por un camino pedregoso lleno de curvas y absurdeces. Las decisiones eran consensuadas y la comunicación bastante fluida pese a los tropiezos. Concentración y absoluta compenetración en las cuatro largas horas previas. Lástima que el apoyo técnico fuera menos que un grupo.

El programa fue bastante desastroso con la excepción de los momentos en que el profe nos permitía divertirnos. La caída la sentimos todos por igual por mucho que las miradas se digieran a la realizadora. Los nervios del directo y el cansancio después de tanto trabajo nos impidieron estar al cien por cien, pero a la salida y sin un solo reproche entre nosotros, no hubo quien detuviera el compromiso por el que había cobrado fuerza tal unión.

Y si he que quedarme con algún recuerdo elijo ese día tormentoso en que tras dos horas de intenso y al borde del colapso, comenzó a nevar. Aún no éramos conscientes de ello, pero algo estaba pasando en el vestíbulo del 17; la tensión se había esfumado y por unas cosas o por otras habíamos empezado a escuchar las canciones de las series que formaron parte de nuestra preadolescencia, y entre tontería y tontería terminamos viendo el primer capítulo de H2O. Estaríamos perdiendo el tiempo en cuanto a producción del trabajo se refiere, pero sólo en ese instante comenzábamos a comunicarnos como un equipo.

Años atrás mi mente mantenía la quimera de que una clase era también un equipo, y ahora, que sé cual es el significado, salgo de mi error con la vana esperanza de que la nieve vuelva ocasionalmente a la ciudad.

sábado, 15 de abril de 2017

Perpetuas bailarinas

          Afortunadamente fueron varios los momentos del día en que la felicidad más plena se apoderó de nosotros. Sin embargo, ninguno alcanzaría ese instante que quise que jamás terminara, que quedará congelado por el resto de la jornada para deleitarnos en la pureza de la dicha.

            Dos danzantes que sin ser bailarinas colmaban el espacio de oportunos movimientos. Era ese fotograma 13 en que todos los elementos del lienzo alcanzan su máxima expresión. No recuerdo la canción y no hace falta, pues sé que cuando la vuelva a escuchar, sabré que era esa y ninguna otra podrá ocupar tan bello momento.

           Ni el incipiente calor veraniego, ni el cansancio ni el alcohol pudieron turbar la perfección de aquello que no ha de asomarse siquiera al olvido. Todo lo demás daba igual, y eso que cada uno de los presentes lloraba por dentro sus propias penas, pero en esos escasos segundos, no cabía nada más que la felicidad, por que si de algo se preciaba el día, era precisamente de eso, de celebrar y compartir unos lazos que se me antojan.

Han pasado varias horas y me veo incapacitada para contar de manera objetiva lo que aconteció, pues bien sé que lo que mis ojos intuyeron como belleza, mi corazón convirtió en edén y no puedo transformarse de nuevo, por fortuna para mi pensamiento. Y aunque me digan que estoy dibujando flores donde sólo hubo hojarasca, yo sé bien que aquellos pétalos nacían y vivían para ese preciso instante.

13-04-2017


sábado, 25 de marzo de 2017

Encontronazos

Carla corría por toda la casa revolviendo armarios y cajones. La chica miraba debajo de las camas desafiando cada vez más a su paciencia.

-Zapato, bonito, ¿quieres venir conmigo ya de una vez? Venga, por favor, sal ahora de tu escondite y te prometo que… que me lavaré los pies todos los días. Vamos, zapatito, hazme una señal, solo una – vociferaba la joven comprobando que tampoco estaba debajo del sofá.

-Ja, ni ella misma se cree que sus apestosos pies vayan a quedar un día limpios. Lo siento majita, pero hoy me quedo sorda – comentaba una voz chillona en el salón.

-Eh, que me está llamando a mí. ¿Te importa ayudarme? Me he enganchado el cordón en el radiador y Carla me necesita ya.

-¿Perdona? Zapato, bonito, soy yo. Mira como brilla mi piel. Y el tacón ¿qué me dices? Es tan… fabuloso.

-Sí, bueno, pero… yo también soy Zapato. Ella me quiere mucho.

-Me alegro por ti, pero te aseguro que YO soy más importante para Carla. A ti te ensucia por el campo y a mí me pasea por la ciudad. Yo me replantearía eso del afecto.

-Pero… ella… Déjame en paz.

-Ay, mira, no te mereces llevar MI nombre. Zapato es para seres glamurosos y no… Estás muy bien aquí escondido en la cortina.

lunes, 20 de marzo de 2017

A una valiente mujercita

Pensaba que el recuerdo te convirtió en leyenda ante mis ojos. Ambas éramos pequeñas, tú aún un poco más, pero la risa en tus labios siempre fue un bálsamo con el que soñar en mis tinieblas.

Invierno y verano. Primavera y otoño alimentando la nostalgia por una dulce carita pícara.

Por fin el encuentro, el cambio y la valentía. Enseguida te hicieron tropezar pero con sabiduría de niña y fuerza de mujer el infinito has conquistado. Pocas veces se ha despertado en mí la admiración por alguien que es más pequeña que yo. Porque tus ojos son la estrella fugaz en el cielo encapotado. Y no importa cuántas estocadas te depare el tiempo que siempre, por supuesto, serás mujer con magia en la mirada.

Para Lola

miércoles, 15 de marzo de 2017

¿Quieres que hable?

Pues hablaré, pero atente a las consecuencias. Estoy harta de ponerte caras dulces y darte miel mientras me pisoteas. ¿No es lo que querías escuchar? Pues date media vuelta, total... a eso yo ya estoy acostumbrada. Pensarás que mis palabras fueron restregadas en el sarcasmo. No te confundas, que podría ser todo lo irónica que me diera la gana pero ¿para qué? A veces es mejor bañarse en la realidad. Yo sangraré, pero tú lo harás conmigo.

Durante mucho tiempo hubo gritos y gestos de desprecio ante mil miradas sanas. Entregué una parte de mí por el bien común, por lo que tú llamabas bien común. Me dejé marchitar para que mi rostro dibujase una cálida sonrisa. Acepté silencios porque el futuro pintaba de color rosa. Pero no hice más que abrir los ojos para comprobar que me esforzaba en creer en un sueño que no tenía nada de verdad. Me dí de bruces con la realidad cuando te empeñabas en que mirara siempre hacia atrás.

Todavía serás capaz de decir que son celos. Solo ahora explícame de qué, por qué, o no sé... su motivación... algo. Tú puedes llamarlo como te de la gana, pero cuando pongas el grito en el cielo por mis mismos motivos, recuerda que para ti sólo fueron celos. Y ya sí acaso piensa. Yo no perdí la consciencia. Y es que parece que no te queda claro que yo también sentí dolor y tú me obligaste a esparcir tierra encima.

Seguro que estás pensando en qué clase de ficción construye mi mente. Por esa regla de tres yo también puedo decirte eso cada vez que me hables de certezas. ¿Y sabes algo? No me importa más que es lo que pienses, porque estoy cansada de batallar en vano, porque no voy a malgastar mis fuerzas en ver cómo se ríe de mí mientras le buscan un sentido lógico o calculadamente emocional. En el momento en que quieras que abra los ojos para que me quede únicamente con las cosas buenas que me das, o incluso que él me da, piensa en mi perdición y procura que tus ojos no queden sellados de mentiras.

Me puedes hablar de maldad, a lo mejor me lo replanteo. Y cuidado que no digo que todos mis males nazcan de su yugo, pero si por las noches de todo un año alegre hubo de ampararme la oscuridad, quizá un tercio fueron asesinadas con su espada. Siempre te fui sincera en el espejismo.

Y cuando siento la rabia sobre mis ojos, cuando mi mirada es lava bajo el ceño fruncido, ¿qué puedo hacer sino dejar que el volcán explote? Sí, ya seguí tus consejos y dejé que solidificara dentro, por eso llevo un corazón de piedra que ha dejado de sentir. Oh, no sientas lástima, ya sé que no lo querías, pero me empujaste cada día un pasito entre silencios y rencores confesos. En el fondo no sirvieron de nada porque al final me lanzaste al vacío, porque al final preferí ver el infinito. Claro que puedes pensar que no fue tu culpa, pero por más que intento que por los menos quede compartida, siempre la fracción del odio me toca a mí. Supongo que en algún momento habré de aceptarla gustosa.

Vaya, soy muy cruel, ¿verdad? No sabes cuánto lo lamentaría si ese no fuera mi objetivo, pero me enseñaste a ser sincera conmigo misma y creo que es el momento de que lo sea con los demás.

Ahora que ya he desahoga mis penas entre canciones amargas, el cielo me sonríe con luz anaranjada. Me recuerda que el tiempo siempre pone a las personas en su sitio y con voz trémula susurro que anhelo ese momento esperanzada. Porque no me gusta caer siempre en el mismo pozo para salir y tropezarme de nuevo. Por lo menos al fin he aprendido a no derramar una lágrima porque mi afecto no sea correspondido.

martes, 7 de marzo de 2017

Hermosa espera

¡Venga ya! ¿Para un día que no me duermo voy a llegar tarde también? ‘Amos a ver: si ahí ponen que le falta tres minutos desde hace siete, ¿por qué sigo esperando? ‘Enga Alvarito respira, respira, deja de mirar al reloj y no crucifiques al vigilantes.


Oh, muchas gracias dulce vocecita de megafonía. Creo que me echaré una siesta en lo que llega el tren, o mira, quizá debería preguntarte por un trabajo, porque a ti parece que te sobra y a mi desde mañana me va a faltar. No, no, mejor no te lo pienses, que para cuando me quieras contestar ya estaré jubilado.

28-02-2017

lunes, 13 de febrero de 2017

Nos vemos en la gran ciudad

El otro día me preguntaban si era consciente de que tenía una novela en el mercado. Lo pensé. Silencio. Dudé. Silencio. No,... o sí. Sé que estoy haciendo lo que me gusta, que disfruto con cada relato y que esto jamás lo podré abandonar. Llevo muchos meses trabajando en la novela, es casi un objeto más de mi habitación, pero uno al que he mimado mucho y por el que tengo un cariño especial. Aún me queda aceptar que he compartido mi preciado tesoro.

Y ahora voy a presentarla en Madrid. No puedo decir que sea un sueño hecho realidad porque nunca ambicioné llegar tan lejos a mi edad. Pero tened por seguro que el orgullo y la felicidad que siento son tan inmensos que me harán comprender mis logros.

En la gran ciudad nos veremos.

sábado, 4 de febrero de 2017

Sin pasado

La calle ya estaba oscura y el frío comenzaba a congelar sus pestañas. Daniel trató de abrir la puerta con los guantes puestos, y tras varios golpes y amenazas terminó por quitarse la manopla de la mano derecha e introducir con éxito la llave en la cerradura. La cálida luz del vestuario lo tranquilizó. Riendo para sus adentros al comprobar que el buzón rebosaba y su esposa cumplía la promesa de no entrometerse en sus tareas diarias. En un ademán de responsabilidad, Daniel vació el buzón y se introdujo en el ascensor.

-Factura, factura, propaganda, publicidad, factura,... pro... Lucía... - parpadeó con seriedad tragando saliva. Notó cómo el ascensor se detenía.

Su caligrafía, aún de adolescente, parecía desfigurada por un torrente de ira. La abrió con delicadeza mientras el ascensor comenzaba a bajar de nuevo sin que pudiera percatarse.

"10 de abril de 2003. Dani, esta vez te has pasado,..."

El joven perdió la mirada en el infinito. Recordaba a la perfección aquel día. Arrugó el papel dispuesto a tirarlo a la basura. Lucía era ya su esposa. No merecía remover el pasado. Pulsó el botón de su planta y comenzó a abrir facturas con gesto inexpresivo.

31-01-2017

domingo, 29 de enero de 2017

Primera novela a la venta

Pese a que por mucho tiempo mantuve en secreto la creación de mi primera novela, ha llegado el momento de mostrarse orgullosa de ello y dar a conocer el esfuerzo de tantas horas.

Será más que un recuerdo es una novela sobre la amistad y el amor a la vida. Aderezado con grandes dosis de misterio, la historia transcurre entre Fuenlabrada y la playa de Santa Justa (Cantabria).

Todo comenzó como el recuerdo de despedida para mis compañeros de cuarto de secundaria, pero la historia fue creciendo hasta convertirse en un libro que no podía guardar en el cajón. Lo presenté a un concurso del que resulté vencedora, y así, el 20 de diciembre de 2016 salió a la venta en el día de la presentación.

Los sueños no siempre son fantasía.

sábado, 28 de enero de 2017

La belleza de las asesinas

El cartel de El faro de las orcas (Gerardo Olivares, 2016) entra directamente por la mirada. Ese curioso triángulo, que si bien parece va a llevar la trama por un recorrido más bien romántico, muestra una tonalidad azul que genera también un ambiente frío en el que la naturaleza se convierte en una protagonista más.

Rodada entre la Patagonia y Fuerteventura el componente visual es claramente asombroso. Cada plano general te empequeñece ante la belleza de unos paisajes que, si bien es cierto ya de por sí son fotogénicos, hay que saber encuadrarlos.

Basada en hechos reales, la película nos cuenta la relación entre una madre y su hijo autista que viajan a la otra punta del mundo para que un guardafaunas argentino, ayude a ese niño en su incomunicación; hecho que se entiende como un reflejo de la sociedad tecnológica en la que se va perdiendo el contacto humano, induciendo a la reflexión en torno a lo hermoso de la naturaleza y lo distanciados de ella que nos encontramos. La trama viaja entre miedos y secretos evitando que el romance entre los dos protagonistas se haga pesado. Con un hilo argumental en ocasiones predecible, el final deja una incertidumbre de lo más interesante.

El desafío de mostrar las orcas mediante imágenes creadas por ordenador, las filmadas con los animales reales y los mecanizados, está claramente superado bajo la dirección del documentalista Gerardo Olivares, cuya incursión en la ficción resulta de los más prometedora.

Con un pequeño pero excelente elenco liderado por Maribel Verdú y Joaquín Furriel, acompañados del prometedor Quinchu Rapalini, El faro de las Orcas se ajusta a las expectativas pero no termina de sorprender. Recomendada para los amantes de la naturaleza y el cine reflexivo, hay que reconocer que la película está bien y merece ser vista de nuevo.

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Bibliografía:

VALL, Pere (2016). Nos adentramos en el rodaje de "El faro de las orcas". En: Fotogramas [en linea]. Disponible en: http://www.fotogramas.es/Peliculas/El-faro-de-las-orcas/El-Faro-de-las-orcas-rodaje [consulta: 26-01-2017].

Más información:

http://www.elfarodelasorcas.es

miércoles, 25 de enero de 2017

¿Y por qué día a día?

Para vivir a veces hace falta valentía sino quieres acomodarte en la rutina. La sociedad en ocasiones es muy cruel y rechaza tu forma de ser, primeramente con el calificativo de raro y después con el absoluto abandono. Yo lo rechazo y lo condeno. Soy extraña y me gusta ser rara. Pocas veces criticaré en directo, me morderé la lengua, pero antes de envenenarme, sacaré yo misma el veneno.

martes, 24 de enero de 2017

Y de las cenizas retornó el fuego

¿Madurez? Pero soy muy joven para ello, ¿no?

Hace un par de meses me corte el pelo por voluntad propia, cuando toda mi vida he peleado porque creciera sin tijeras de por medio. Todos se sorprendieron de mi determinación, incluso yo misma, antes de dudar, fui la primera sorprendida. Pero hace mucho que aprendí que hay ciertas decisiones que una vez tomadas, merece la pena no volver a vacilar, y no, ya no hablo de contarme el pelo.

Cuando dejas que los días pasen, cuando ya ni siquiera miras al espejo porque eres más que consciente de que no te podrías reconocer, cuando en las noches te acercas al infierno con el corazón de hielo y te levantas como un autómata,... entonces..., entonces hay que tomar una decisión.


Las primeras reacciones a mi nuevo look fueron verdaderamente certeras. Me dijeron que me hacia mayor (no sé hasta qué punto...), que algo me estaba pasando, que quizás no fuera algo bueno. Oye, pues para gustos los colores, pero desde luego que estoy creciendo, que empiezo a ser consciente de lo que quiero, de mis objetivos inmediatos, y de mis promesas a largo futuro. ¿Que se llama madurez? ¡Si tú lo dices...! Yo creo que ese es un camino que aún me viene grande, pero que quizá ahora conozca cómo llegar a él.


Cuando la ilusión se fija en la mirada, cuando el espejo no te hace falta para saber que estás viva, cuando en las noches disfrutas del infinito en sueños,... entonces..., entonces ha llegado el momento de renacer.

domingo, 15 de enero de 2017

Cuatro caminos

-Uy, pos yo ej' que... - decía el joven de rastas apoyado en un tronco que había vivido tiempos mejores.

Tres cámaras lo rodeaban destacando su figura sobre el fondo del pantano que se imponía detrás del cristal.

-Pa' mi esto de los realities es el mejor trabajo del mundo. La televisión no sería nada sin nosotros.
-Muy bien, maravilloso, me encanta tu estilo. Con esto tenemos suficiente. Atraviese aquella puerta y comience la competición - le comentó un señor trajeado y con gesto de amargura.

El muchacho atravesó el plató y cruzó el umbral a su nueva aventura. Lo recibió un poste en medio de una encrucijada. Leyó en voz alta.

-"El malo, el peor, el menos malo y el que parece bonito pero luego ya e verá". Buah, tío, ¡qué difícil! Uf, es que no me gusta tomar decisiones...

10-01-2017

martes, 10 de enero de 2017

Mi nuevo hábitat

Ya me decía mi madre que alguna neurona se me había fundido de pequeño, que tanto tiempo en el agua sólo podría generar un cortocircuito en mi cabeza. Venga... vamos Antoñete... olvídate de lo frío que está hoy el río y respira. Con calma... despacio... respira... FUNCIONA... Glup... cierra la boca estúpido... Querida madre, ahora sí que no me vas a sacar del agua... puedo respirar aquí debajo sin ahogarme... Glup... pero sólo por la nariz.


"El primero en respirar debajo del agua... sin ahogarse"